Nuestros niños crecen y llegan a la adolescencia sin apenas darnos cuenta. De repente todo cambia: las prioridades, la ropa, el pelo, la voz, el apego… y como tal, la forma de comunicarnos con ellos también debe ajustarse a la nueva situación sin perder la base creada: la confianza.
La adolescencia es una etapa de novedades, de transición, de crecimiento. Cambios físicos, hormonales y también psíquicos.
Aproximadamente desde los 13 a los 14 años hay una fase personal de aislamiento en la que toman conciencia de su cuerpo y de sus sensaciones. En cuanto al entorno se vuelven más críticos y receptivos.
Entre los 15 y los 18 años cada vez adquieren más autonomía y la personalidad se va forjando con más firmeza, empiezan a crearse una identidad propia que los identifica. A nivel físico, el cuerpo termina de formarse y con ello, se sienten más seguros que en la etapa anterior. Mentalmente están muy preparados para conocer nuevas situaciones, rodearse de amigos y salir a disfrutar sin la compañía de los padres.
En este contexto, la confianza y el diálogo entre padres e hijos es fundamental. Saber lo que sienten, lo que hacen y enseñarles a decir que no, a ser asertivos y a resolver conflictos de manera moderada, es primordial en esta etapa. Ellos tienen que saber cómo actuar frente las situaciones, entender el bien y el mal, conocer el límite, asumir las consecuencias de las decisiones tomadas, gestionar las influencias del exterior, quedarse con lo bueno y no dejarse arrastrar por lo malo y sobre todo, pedir ayuda o consejo en los momentos de duda.
Un hijo siempre debe sentirse acompañado por sus padres sin abandonar su libertad como ser individual. Y un padre, siempre debe guiar y velar por sus hijos de forma responsable sin parecer controlador o posesivo.
Como contábamos en el blog de “Comunicación con el bebé”, en esta etapa sigue siendo muy importante la comunicación no verbal. Todo aquello que le transmites con tus gestos y tu tono también cuenta. Lo que dices se suma a cómo lo dices pues todo se interpreta de forma conjunta.