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22 mayo 2019Una buena comunicación se lleva a cabo desde el principio, desde que son pequeños.
La base para una buena comunicación es la confianza. Sin un anclaje sano a nivel emocional, no se puede construir una relación sólida con nuestros hijos.
Los peques crecen y cada vez son más las experiencias que van adquiriendo fuera del núcleo familiar. Van al cole, duermen en casa de amigos, hacen actividades extraescolares y a medida que se hacen mayores, se hacen más autónomos y menos dependientes. Nos necesitan menos para realizar las actividades cotidianas, y ya empiezan a ser capaces de gestionar sus inquietudes.
Como padres, sentimos la necesidad imperial de saber si están bien, de conocer a sus amistades, de saber dónde están en cada momento y de participar de manera indirecta en todas sus vivencias. Queremos que compartan su vida con nosotros porque nos vemos en la obligación de ayudarles en todas las etapas de la vida brindándoles seguridad.
Para ello es importante hablar de sentimientos, de temores, de dudas, de amistades, de sexo…todos los temas harán posible un vínculo entre padres e hijos. Deben saber que con un buen uso del lenguaje se puede hablar sobre cualquier tema. Mostrarnos siempre predispuestos, les facilita el acercamiento. Ellos necesitan hacernos cómplices de sus cosas sin grandes esfuerzos, debemos estar siempre que nos buscan.
Para que exista una buena comunicación, debemos escuchar y darles tiempo para que se expresen. Muchas veces no requieren ninguna respuesta o consejo, el simple hecho de sentirse comprendidos con una caricia o gesto, es suficiente. A la vez, cómo padres también necesitamos nuestro tiempo para ofrecerles la mejor respuesta en caso necesario. Parar, para luego retomar una conversación empezada, puede aportar un plus de veracidad y confianza al acto comunicativo.
A veces las prisas no nos dejan espacio para las conversaciones, pero debemos encontrar el momento oportuno para que sucedan, sin desmerecer nada de lo que nos quieran contar, por muy banales que nos parezcan los contenidos. Solo así entenderán que siempre estamos dispuestos a escucharles.
Siempre hay tiempo para saber lo que quieren contarnos. Además, una pequeña pista puede revelar mucho de su intimidad, de sus relaciones en el colegio, de su estado de ánimo. Tirar del hilo tiene que ser una tarea que desempeñemos con gran sutileza para no incomodarlos.
Los padres debemos aprender a responder de forma positiva. Reconocer todo lo bueno que hacen y ayudarles en lo que consideramos que no hacen tan bien, intentando huir del reproche y de los gritos. Lo positivo siempre une, lo negativo por el contrario, aleja.
Si tienes más de un hijo, es importante dar a cada uno de ellos lo que necesitan. Lo más probable es que sean muy diferentes entre ellos. Así que necesitarán respuestas adaptadas a su carácter y sensibilidad. Lo realmente importante es que sientan que siempre estaremos dispuestos a escuchar.
La comunicación nos une. Es una herramienta maravillosa para compartir momentos. Así que la relación que mantengamos con nuestros hij@s va estar muy atada a las conversaciones y la confianza generada por nuestra parte