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¿Cómo saber si mi bebé tiene alergia a la leche de vaca?

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  • APLV

El aumento generalizado de las alergias cómo la APLV es actualmente un problema de salud pública según la OMS.

Los antecedentes familiares aumentan el riesgo de desarrollar procesos alérgicos, especialmente la dermatitis atópica.

¿Qué es la aplv?

Es la enfermedad crónica más importante dentro de la edad pediátrica relacionada con la nutrición, prolongándose durante varios meses o años y que afecta a un pequeño porcentaje, durante toda la vida. De hecho se estima que un 85% de los niños diagnosticados con APLV curan de forma espontánea antes de cumplir los 3/4 años.

Las tres principales proteínas de la leche son: la caseína, la alfa-lactoalbúmina y la beta-lactoglobulina. Están presentes en la leche líquida y en todos sus derivados, pero no en la carne.

Un segundo grupo incluye otras proteínas, como la seroalbúmina o albúmina sérica bovina, la lactoferrina, diversas inmunoglobulinas, y otras. Estas proteínas están tanto en la leche líquida como en la carne de vacuno. Se puede tener alergia a una sola proteína o a varias.

Hay dos clases de APLV: APLV IgE mediada y APLV IgE no mediada.

En la primera interviene el sistema inmunitario. Y en la Ig E no mediada: se piensa que es una respuesta celular.
Se diferencian por los síntomas que presentan, el tiempo que tardan en aparecer y la cantidad necesaria del alérgeno para dar estos síntomas.

La manera de saber qué tipo de alergia tiene el bebé se determina mediante pruebas cutáneas y por análisis de sangre.

¿Cómo saber si mi bebé tiene alergia a la leche de vaca?

Los síntomas en la APLV IgE mediada aparecen en un 60 % de los casos a la primera toma y en el 95 % dentro de la primera semana de lactancia artificial.

En la mayoría de los casos los síntomas aparecen en un tiempo inferior a los 30 minutos del contacto con el alérgeno. Los síntomas más normales son los de tipo cutáneo, digestivo o asociación de ambos pero también se pueden producir síntomas respiratorios y anafilaxia.

En la APLV IgE no mediada (comúnmente llamada intolerancia) los síntomas aparecen tras la ingesta de una cantidad relativamente importante de leche y se manifiestan en un tiempo relativamente largo (pasadas las 2 horas tras la ingesta), generalmente son de tipo digestivo aunque puede haber también síntomas cutáneos y respiratorios.

El pronóstico generalmente es bueno y los síntomas desaparecen con la retirada de las proteínas de leche de vaca de la dieta materna o sustituyendo la leche de inicio o continuación por fórmulas con proteínas hidrolizadas.

El cuadro remite aproximadamente al año de edad y en muchos casos se logra una progresiva tolerancia a la leche.

¿Y cómo alimentar a un bebé con APLV?

El tratamiento de la APLV exige un diagnóstico correcto y una dieta adecuada, ya que si ésta no es la indicada se puede alterar el crecimiento y empeorar la calidad de vida del paciente.

Una vez controlados los síntomas de la APLV, el objetivo es conseguir la tolerancia con la mayor rapidez posible con el fin de volver a una alimentación normalizada que permita una mejor calidad de vida.

En el caso de la lactancia materna, si se produce una reacción alérgica se recomienda la exclusión de leche de vaca y derivados en la dieta de la madre ya que se ha demostrado la presencia de proteínas de leche de vaca en la leche materna.

En este caso la dieta de la madre debe ser suplementada con 1000 mg de calcio al día.

Tanto si es IgE mediada como IgE no mediada el tratamiento de elección es a base de una fórmula elemental con un 100% de aminoácidos libres. También se puede utilizar una alternativa vegetal como una fórmula de soja a partir de los 6 meses.

Cuando se introduce la alimentación complementaria es importante utilizar papillas de cereales que además de garantizar un buen aporte de cereales garanticen también una completa ausencia del alérgeno.

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