La educación es la base de comportamientos futuros. Invertir tiempo en los más pequeños y orientarles desde el amor y la comprensión, es la mejor semilla que podemos aportar para que cambien las cosas a mejor.
Para crear valores para la convivencia en los más pequeños, debemos inculcarles seguridad en sí mismos, reafirmar sus buenos actos y corregir los erróneos.
Educar en la pluralidad y de forma constructiva es muy beneficioso. Así, los más peques serán capaces de construir un mundo más empático y enriquecedor.