Educar en la pluralidad es lo que actualmente necesitamos, nuestra sociedad es plural y en ella se ven reflejados muchos modelos de familia.
Con el paso de los años, el tradicional modelo de familia, ha ido cambiando.
La familia ya no la componen estrictamente un padre, una madre y los hijos de ambos. Hoy en día los niños también provienen de familias monoparentales, homoparentales, de culturas y religiones diferentes…
También hay muchas familias separadas y separadas pero reconstruidas con hijos de parejas anteriores en las que conviven hermanos y hermanastros bajo el mismo techo o de forma intermitente en las semanas.
Hay familias adoptivas, familias que conviven en el mismo hogar conformada por parientes pertenecientes a distintas generaciones, un solo padre, dos madres…En definitiva, las familias se van formando en función de un montón de situaciones personales y causas externas que hacen que se configuren de una u otra forma.
Para que los niños de cualquier modelo de estas familias no se sientan diferentes al resto, es de gran importancia educar en la pluralidad.
Los niños cuando son muy pequeños no ven más allá de su realidad más próxima, pero una vez llegan al colegio, se dan cuenta de que cada familia está formada de una manera diferente. Los mayores únicamente debemos ayudarles a entender la diversidad y a respetarla.
Orientar a nuestros hijos a relacionarse con respeto y con capacidad de ponerse en el lugar del otro es imprescindible para un crecimiento igual para los más pequeños. Debemos enseñarles que las situaciones personales de cada uno son diferentes y por ello hay modelos familiares diversos.