El ácido docosahexaenoico (DHA) es uno de los nutrientes presentes en cantidad importante en el cerebro y la retina.
Un adecuado aporte diario de ácidos grasos Omega-3 es necesario para el buen funcionamiento del cerebro y de la vista en todas las edades. El ácido alfa-linolénico contribuye al desarrollo del cerebro y de los tejidos nerviosos de los niños. Este ácido graso esencial es el precursor de los demás ácidos grasos Omega-3 pues a partir de él el organismo es capaz de sintetizar los demás ácidos grasos Omega 3 que derivan del mismo, el último de los cuales es el de DHA (ácido docosahexaenoico).
DHA se encuentra de manera natural en la leche materna y ciertos alimentos. Durante los 2 primeros años de la vida el bebé acumula una elevada cantidad de este ácido graso Omega-3. Dada la dificultad de transformar el ácido alfa-linolénico en DHA se aconseja suministrar DHA “preformado” en la alimentación.
Por eso nuestras leches para lactantes y preparados de continuación contienen DHA, además de ácido alfa-linolénico.
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